Nadie tiene por qué escribir un libro, / ya lo dijo Bergson; / sólo vivir; acaso, recrearse. / Aun así, en la biblioteca de cualquier lejana aldea, / reclamando veneración, / hay más huecos que en los cementerios, / no vaya a resultar que reescribiendo lo escrito / el aislamiento resulte más dañino que la soledad. / / Mudas palabras: nadie tiene por qué leerlas, / ni por qué desear que lo dicho regrese al regazo del silencio. / De aquello que se dijo, nadie perdurará para testificarlo. / / Aun así, labrado quedó en pórtico o cementerio de cualquier aldea, / atrapado en la lazada del tiempo, / «las palabras escritas esperando que alguien las lea / son más volátiles que las plumas / que cubren nuestras carnes» / /
-y bien sé que lás palabras se endurecen / cuando no pueden encontrar quien las oiga / y que los corazones acaban petrificándose / si no pueden escuchar otro latir-
(Traducción de la autora)
Tere Irastortza (Zaldibia, Guipúzcoa, 1961) es presidenta de la Asociación de Escritores en Lengua Vasca. Licenciada en Filología Vasca y Filología Hispánica, dirige Beasaingo Ikastola. Desde su primer libro de poesía en 1980: Gabeziak (Carencias) (Premio Nacional de la Crítica en 1981) ha publicado otros seis libros de poesía -Hostoak. Gaia eta Gau aldaketak (Hojas. Tema y variaciones nocturnas). Bilbao, 1983; Derrotaren Fabulak (Fabulas de la derrota). Pamplona, Pamiela, 1986; Osinberdek Khantoreak (Cantares de Osinberde). Pamplona, Pamiela, 1986; Manual devotio gabecoa (Manual irredento). Pamplona. Pamiela, 1994; Gabeziaren khantoreak (Cantares de la Carencia). Pamiela, 1995; y el último, Izen gabe direnak. Haurdunaldi beteko khantoreak (L@s innombrad@s que son. Cantares de un embarazo pleno)-. Ha sido incluida en diversas antologías, la última de las cuales es Once poetas para trescientos lectores (Ediciones La Palma, 2001) y sus poemas han sido traducidos al catalán, al español y al francés. Ha traducido al euskera obras del poeta catalán Maria Manent (en la revista EGAN) así como otras de Edmond Jabes y Marina Tsvetaieva del francés. Su poesía evoluciona desde una primera etapa más existencialista y romántica, con temas como la ausencia amorosa y la búsqueda de un sentido metafísico en lo cotidiano, hacia una madurez creativa marcada por la conceptualización minimalista, la reflexión sobre la propia escritura y su capacidad simbólica y el aforismo filosófico apropiado para expresar las razones de la existencia y también sus incógnitas.