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Xehetasunak
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Kategoria: CASTELLANO
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Bisitak: 1333
EL silencio abrió su curso entre la nada y el polvo,
no estaba abocado a la palabra
y las casas se desmoronaron.
Al atardecer, puesto que el desierto era un rostro,
le correspondió a la muerte ser eje del tiempo.
Y una vez precipitado en tierra,
entre la nada y el polvo,
solo a lo que siembra el viento
le corresponde la palabra.